Chakras, colores y minerales
Chakra (sánscrito (चक्र, círculo), es la palabra con la que en el hinduismo se llama a las fuentes de energía que se cree que hay en el interior del ser humano, y que se nutren de la respiración (prana). Una correcta respiración, junto con otros factores, propicia que todos los chakra se encuentren equilibrados, y por lo tanto,que la vida física y mental del individuo también esté equilibrada.
Como pudo verse resumidamente en el artículo Vela 7 colores: potencias africanas o chakras, los chakras originales en la India eran seis: muladara (coxis), suadhistana (ombligo), manipura (estómago), anajata (pecho), vishuda (garganta) y añakia (en la frente).
Recordemos que el séptimo chakra, sahasra-ara (en la coronilla), fue un descubrimiento/invención de los teósofos británicos del S.XIX, quienes consideraban que los chakras en el cuerpo humano eran infinitos, puesto que existían, según su visión, infinitas fuentes de energía, y así establecieron un nuevo chakra "principal" por encima de añakia, que definieron como punto último de la ascensión espiritual, dada su vinculación con el aspecto mental. No obstante, hay quienes piensan que este séptimo chakra es el más importante, y quienes piensan que es el menos importante, o incluso una invención sin fundamento.
En la actualidad, sobre todo en ambiente esotérico, como es el caso de uso de los minerales, se sigue la corriente británica de los siete chakras, que a su vez se han asociado a siete colores. Esto se debe probablemente no sólo a la mayor difusión de las obras británicas por Occidente, sino al valor místico que en la cultura occidental tiene el número 7, frente al 6. Además, la activación de los chakras mediante otros elementos, como la música, permitiría vincular asimismo las 7 notas musicales occidentales.
Siguiendo el camino, se les asociaron minerales que tuvieran esos colores. Sin embargo, esta asociación no es tan simple, ya que los minerales tienen vinculadas desde la antigüedad una serie de propiedades mágicas o medicinales, como se podrá ver más adelante.
En las antiguas ilustraciones que conservamos, los colores de los chakras son generalmente aleatorios. Los colores modernos, es decir, los que provienen de la Teosofía, en orden, serían rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil/índigo y morado o blanco. Como puede verse sus colores, con la excepción del blanco, son los colores de los arcoiris, ya que su base filosófica-esotérica indica que, puesto que los chakras son una energía vibratoria, y la luz cambia de color según las frecuencias que atraviesa, en los chakras se producirían los colores que el ojo humano es capaz de percibir, en el mismo espectro que el arcoiris. Además, se considera que las transiciones de color del arcoiris son las mismas de los chakras, ya que la energía que éstos desprenden ocupan un cierto espacio o radio que se mezclaría con el que ocupen los chakras cercanos, y su fusión de colores sería semejante.
Antes de entrar en la descripción de los chakras y de los minerales asociados, recordemos que para el uso de los mismos en la activación de los chakras existen distintos sistemas. El sistema más común es colocar piezas de los minerales en la parte del cuerpo que tiene ese chakra, mientras se realizan respiraciones. También hay quienes se sientan a meditar delante de una figura o cuenco con minerales, concentrándose en ellos o visualizando sus emanaciones. Cuando no se dispone del mineral concreto por separado (por ejemplo, porque se lleven todas las piedras de los chakras juntas en un colgante o se tengan puestas en un mural o adorno, etc.), los practicantes de kundalini y otras ramas se atan un pañuelo del color relacionado en la zona que quieren tratar o activar, y meditan o ejercitan delante del conjunto.
Muladara o Chakra raíz es simbolizado con un loto rojo de cuatro pétalos. Su color es rojo por la sangre, y su elemento es la tierra. Está situado en el coxis y se considera el chakra base de la vida humana, en tanto en cuanto se encuentra en el punto de equilibrio del ser humano y condiciona su forma física. Es además un chakra que regularía la base de la vida, esto esa supervivencia, por lo que se considera que cuando éste se desequilibra, los instintos vulgares salen a la luz, mientras que el cuerpo enferma, generalmente con problemas circulatorios.
Generalmente se le asocian minerales de color rojo, como la carneola, el granate, el jaspe rojo, el coral o el rubí. Si bien el color de por sí cumple una función importante, lo cierto es que la mayoría de los minerales asociados tienen relación con la circulación sanguínea, con la energía física y mental, con la vitalidad y la desintoxicación, lo cual hace que sus usos cuadren con los mismos objetivos que la búsqueda de activación del chakra Muladara. La mayoría de estas piedras son consistentes y firmes, incluso un poco pesadas, lo que las hace idóneas como "base". La excepción sería el coral, pero como éste proviene de los animales marinos, se le asocia, de alguna manera, a la vida. Empero, dada su situación de amenaza ambiental, muchos prefieren utilizar un abalorio de coral pequeño o corales de imitación, como simple símbolo.
Svadhishthana o Chakra Sacro es simbolizado por un loto naranja de seis pétalos. Su color es el naranja, pero también tonos de rojo, ya que está muy relacionado con el Chakra raíz. Su elemento es el agua. Se sitúa a la altura de los órganos genitales, cerca del sacro. Influye en los órganos sexuales y en los riñones, tiene relación con los fluidos, como el semen, la orina, la menstruación, el agua que filtran los riñones, las retenciones de líquidos, los jugos gástricos... Se considera que cuando se desequilibra, se producen dolores lumbares, problemas sexuales y ginecológicos, desequilibrios hormonales y falta de seguridad y creatividad, apatía o ira.
Se le asocian minerales rojos pero sobre todo anaranjados, como el ámbar, el ópalo, el granate, la heliolita o la calcita. Son piedras cuyos tonos recuerdan al fuego, al sol, y también se admiten otras, como la piedra luna o el nácar, a pesar de ser blancas, por sus iridiscencias. Desde la antigüedad estas piedras están relacionadas con las energías solares, y por lo tanto con la fertilidad, tanto en sentido físico como psicológico, sobre todo la heliolita, a la que se atribuyen propiedades sobre la mejora psicológica, el ánimo y las energías, o el granate, del que se dice que es un gran apoyo en las curaciones. Algunos de estos minerales, como el topacio, eran considerados desde la antigüedad como "enfriadores", lo que les da sentido para "enfriar los enfados o los dolores".
Manipura es el chakra que se sitúa en la boca del estómago. Su nombre significa"lugar de joyas". Se asocia con el fuego tanto por los jugos gástricos como por las emociones ("nudo en el estómago", rabia, etc), por lo que es el chakra a regular cuando existen problemas de ira, enfados, brutalidad... así como problemas en la vesícula biliar, baja espalda y la piel. Se representa con una flor roja de 10 pétalos, y también con un carnero, el animal relacionado con el dios del fuego, Agni, quien a su vez es el encargado de la comunicación con los dioses: es decir, de los sacrificios. Se considera que cuando un individuo ha alcanzado el equilibrio de este chakra y lo ha desbloqueado, realiza "sacrificios" al privarse de actuar acorde a ciertas emociones negativas, así como evitar otros impulsos físicos (sexuales, compras innecesarias, gula...)
Los minerales asociados serán amarillos, en asociación con el sol, aunque algunos son más bien de tonos rojizos. Encontramos nuevamente el ámbar, pero también ágata amarilla, citrino, ojo de tigre, topacio (del que ya se dijo antes que es "enfriador"), jaspe amarillo, o granate hessonita. Algunas de estas piedras tienen alguna vinculación con el fuego, como el granate, que los griegos asociaban, por sus brillos rojizos, a las ascuas del carbón. El ojo de tigre, por sus vetas doradas, siempre ha sido muy apreciado como amuleto, y en la antigüedad recibía el nombre de Oculus Belus, al parecer en honor a la divinidad babilónica Bel-Marduk, dios del cielo y del rayo (Bel o Ba'al es una forma honorífica, algo así como "señor").
Anajata o Anahata es el chakra del corazón. Su nombre hace referencia al sonido celestial, al "golpe sin choque". Se vincula con las fuerzas contrarias que chocan sin llegar a dañarse, sino que se equilibran y ayudan a la gestión del resto de energías, del mismo modo que el corazón bombea la sangre por el cuerpo. Es el chakra central, el punto de equilibrio. Se representa como un loto de 12 pétalos, con dos triángulos cruzados inscritos, y con los colores verde oscuro y gris. Su elemento es el aire, su dios asociado es Vaiu, señor del viento, y se asocia con la voluntad y las emociones positivas, superiores, como la compasión y la caridad. Las buenas acciones son capaces de escapar del karma. Antiguamente en la India se creía que la fuente de los pensamientos era el corazón, de ahí que sea de Anajata de donde surjan las ideas, y que si se desequilibra, éstas no sean buenas. Cuando está desequilibrado, se manifiestan enfermedades del corazón, los pulmones, las costillas, las vértebras del torso superior, los brazos y los hombros. También en problemas de la glándula timo (sistema inmune), tiroides y circulatorios en general.
Los minerales asociados serán aquellos con tonos verdes. La esmeralda, el jade, la malaquita, la aventurina, la fluorita verde, la amazonita, el ágata musgo. La mayoría de estas piedras, sobre todo la esmeralda, por su distintivo color, eran utilizadas en joyería, pero también por las propiedades mágicas que se les atribuían. Entre ellas estaban la protección y la liberación de malas energías, lo que propiciaba la disminución de la ansiedad, la depresión y el malestar general. También se usaban en medicina con fines purificadores, esto es, para problemas urinarios, de cólicos, o incluso de estreñimiento. En definitiva, de volver al equilibrio natural. El jade se utiliza hoy en día también para tratamientos cosméticos. En la América precolombina y Asia, el jade era un talismán de buena suerte.
Vishuddha es el chakra de la garganta. Significa "pureza", y se relaciona con la Verdad, la Palabra y la Esencia. Comúnmente es representado como una flor de doce pétalos de color gris, verde o rojo, y un espacio central azul claro, que representa lo esencial como algo intangible. Las partes del cuerpo asociadas son la garganta, la laringe, las cuerdas vocales los dientes, la mandíbula, la lengua, y las glándulas como la tiroides, además de las vértebras cervicales y el esófago. El chakra se asocia a la nota Sol, central en la música occidental. Cuando Vidhudda se desequilibra, se considera que aparecerán enfermedades relacionadas con las partes del cuerpo indicadas, además de problemas en la forma de comunicarse, como pueden ser la violencia, las mentiras, etc. y también se perderá la capacidad de escuchar y empatizar.
Los minerales asociados serán los de color azul, como la ágata azulada, aventurina azul, zafiro, cianita, lapislázuli, celestina, calcedonia, aguamarina, etc. Otra parte relacionados con el agua y el cielo. Muchas de esas piedras están destinada para mejorar la comunicación, evitar la desconfianza en uno mismo y traer conciliación. El lapislázuli por ejemplo se considera una piedra que da sabiduría y elimina los malos pensamientos, además de ser utilizada en la medicina tradicional china como antiinflamatorio y calmante, usado tanto en heridas de escorpión como en dolores menstruales. Se cree que la aguamarina atrae la alegría, la risa y el bienestar. La calcedonia se considera una piedra "grupal" y también espiritual. Y así un largo etcétera.
Añakia o Ajna es el chakra situado en la frente, considerado el "tercer ojo". Significa control o mando. Su representación es un loto blanco con dos pétalos, uno a cada lado. Se relaciona a nivel físico con la cabeza, el rostro y todo lo que se sitúa ahí, que son en definitiva varias herramientas con las que conocemos el mundo: oídos, ojos, fosas nasales... También se asocia a la intuición, a la concentración, al conocimiento más allá de lo que se percibe, y en definitiva, al equilibrio, al control. Sí está desequilibrado aparecerán dolores de cabeza, pensamientos negativos y repetitivos, así como enfermedades psicológicas y psiquiátricas relacionadas con la perdida de control de emociones y de uno mismo. También puede aparecer fanatismo religioso o ideológico. A pesar del color de su símbolo, recordemos que se trata del sexto chakra, y que posteriormente se añadió uno más, por encima de la cabeza, el cual "robó" el color de Añakia. El color de Añakia tradicional, pues, debería haber sido el blanco, pero al aparecer en escena el séptimo chakra, Añakia tomó el color azul o violeta, es decir, un tono más oscuro que su predecesor Vishudda. Pueden encontrarse por este motivo ilustraciones del loto de dos pétalos con color morado.
Los minerales asociados serán de tonos añiles y morados, como la amatista, el ágata violeta, la obsidiana, la sugilita, y también otras de tono azul, como el ya mencionado lapislázuli, la sodalita o el zafiro. De los minerales azules ya vimos que tenían relación con el conocimiento y el habla. Los minerales como la sugilita se asocian a las fuerzas cósmicas y a las vibraciones o energías, dada su superficie translúcida. En la antigua Grecia se creía que la amatista desintoxicaba (de ahí su nombre αμέθυστος, desintoxicado), y se utilizaba como protector ante envenenamiento o intoxicaciones, por ejemplo, echándola al vino. Pero de ahí la tradición fue derivando en que también liberaba la mente de malos pensamientos y el espíritu de preocupaciones, convirtiéndose en la piedra espiritual por excelencia.
El séptimo chakra, Sahasra-ara (en la coronilla), aunque añadido con posterioridad, enseguida tuvo asignados un color y sus correspondientes piedras. Es llamado también chakra de la corona. Como se dijo en el punto anterior, el blanco debería pertenecer a Añakia, pero al añadirse un chakra más, el blanco pasó a sahasra-ara. Si nombre significa "mil radios", y en efecto su símbolo es una rueda de mil pétalos, distribuidos en 20 capas de 50 pétalos cada una. A veces en su interior se pone un triángulo equilátero o un círculo menor que hace las veces del "centro" de la rueda. En la teoría de los siete chakras, este es el chakra principal del que emanan el resto, y se relaciona con la supraconsciencia, y con la capacidad divina (shiddi). El color blanco siempre ha significado la pureza y la luz, también la muerte en algunos contextos orientales. En cnualquier caso, el órgano asociado es el cerebro, que en última instancia es el órgano del pensamiento y del espíritu. Se le asocian los minerales blancos como la piedra luna, la selenita, el cuarzo blanco, la calcita, así como las perlas o el nácar. Igualmente se relaciona con el diamante y el oro por su valor. Estas piedras han sido utilizadas siempre en contextos de búsqueda espiritual, de paz mental y positividad. La calcita se utiliza para calmar la ira, pero en sus aplicaciones agrícolas, reduce la acidez del suelo, elimina impurezas y lo fertiliza. Incluso tiene aplicaciones medicas contra la acidez de estómago . La selenita es común como elemento de meditación. De la piedra luna se dice que afecta positivamente a la activación de laque glándula pineal, encargada de los estados de ánimo, los ciclos circadianos y el sistema inmunológico. Cabe pensar que en su asociación a la luna desde la antigüedad se hayan asociado estas capacidades, así como el control menstrual. Curiosamente, la mayoría de estas piedras están conformadas por varias capas de materiales iridiscentes, tal y como reflejan los pétalos del chakra ilustrado.
Como ha podido verse, la asociación de los chakras con los colores y los minerales sigue un patrón muy sencillo que solamente presenta dualidad en el aspecto de los colores frente a las ideas preexistentes acerca de una piedra en concreto. Con todo, como ambas coinciden con mucha frecuencia, continúa siendo un sistema sencillo para la meditación o la aplicación mágica, sobre el que poder profundizar.
Pietro V. Carracedo Ahumada – pietrocarracedo@gmail.com
Bibliografía:
-De Llaca, M. Chakras. Un camino holístico para alcanzar el equilibrio físico, emocional y espiritual. Grijalbo, 2018
-Simmons, R. The Pocket Book of Stones. Who They Are and What They Teach. Destiny books, Vermont, 2021.
Artículos relacionados:
> El lapidario de Alfonso X el sabio: minerales y astrología en el medievo hispano