La Serpiente en Egipto (I): Dioses, magia y hechizos
Los antiguos egipcios compartieron con nosotros sus creencias sobre las serpientes: les llenaban de terror por sus habilidades asesinas y aparentes capacidades de rejuvenecimiento así que elegían tanto repelerlas como reverenciarlas en la vida cotidiana. Era todo un reto en especial incluir a las serpientes venenosas en el Maat —el orden del universo.
La solución de los egipcios era controlarlas mediante la magia. Múltiples dioses con elementos protectores se asociaron a las serpientes de algún modo. El faraón, por ejemplo, llevaba el uraeus en su corona como protección, y Wadjet, la diosa del nacimiento y protectora de los niños a menudo se la representaba como una mujer con cabeza de serpiente. La magia y la religión sirvieron para neutralizar aspectos indeseables de las serpientes y en último lugar convertir su potencial poder para servir a la humanidad.
Serpientes como personajes mágicos.
La serpiente del Caos es común en culturas orientales. El miedo de los humanos a las serpientes y el temor al desorden hizo que la serpiente fuera una excelente representación de las fuerzas hostiles que constantemente les rodeaban. En la versión hermopolita de la cosmogonía egipcia primero existió el Ogdoad —dioses de cuatro cabezas de rana y diosas de cuatro cabezas de serpiente, que habitaban en una masa acuática de oscuridad, en un caos sin rumbo. Nun, y su compañera Naunet, Heh y Hauhet, Kek y Kauket, Amun y Amaunet, todos convivían en las aguas primigenias donde representaban el caos, el infinito, la oscuridad y lo oculto. De pronto, de algún modo, nació Ra y creó el resto del mundo. En otras versiones del mito de la creación, Apophis, el dios serpiente, apareció en la creación de manera simultánea mientras que en otras versiones también residía en aguas primigenias. Como enemigo natural del orden, Apofis y Maat existían de manera opuesta, eran primordiales y necesarios.
Apofis era el némesis del dios sol, Ra, la personificación de la oscuridad y el caos. Más tarde se convirtió en el enemigo de Ra. Aunque se creía en Apofis como dios primigenio, anterior a la creación, no aparecen registros escritos e iconográficos de Apofis antes del Imperio Medio, parecen haber surgido en los tiempos temibles e inciertos que marcaron el primer Periodo Intermedio (2181-2040 a.C). El libro de las Puertas del Imperio Nuevo (1570 - 1069 a.C) es un texto cosmológico que describe el Amduat, el inframundo a través del barco del sol. Ra alcanza la puerta de Tchetbi en la Hora Tres, la primera aparición de Apofis está aquí: pero es retenido por Atum y los nueve Tchatcha, los divinos jefes de la corte de Osiris. Apofis reaparece en la Hora Cinco, esta vez encadenado por doce dioses que se hacen llamar "aquellos que sostienen a Ennutchi (Apep)". Ra pasa de largo al demonio y se reúne con Osiris, rey del Inframundo.
En algunas historias, Apofis se relaciona con Set, dios del caos. Aun así en algunos textos, incluyéndolo a este, Set se alza bajo el arco de la barca del dios para repeler a la serpiente gigante. Cada noche Apofis tiene éxito en hipnotizar a Ra y su séquito protector excepto a Set, que resiste a la mirada mortal de la serpiente, probablemente por estar asociado con serpientes y caos, así que Apofis o lo hechiza o lo repele empujándolo con una gran lanza. Otras deidades también están involucradas en la derrota de Apofis, Isis, Neith y Serkey, quienes capturan con éxito al monstruo gracias a redes mágicas. Así es retenido por deidades incluyendo al dios de la tierra, Geb y los hijos de Horus. En algunas versiones del mito, Ra es en realidad tragado por la serpiente que más tarde lo regurgita como una metáfora del renacimiento y restauración. Todo esto es debido al rejuvenecimiento de las serpientes reales.
Apofis nunca tuvo un culto formal ni fue adorado, siempre fue el símbolo de cualquier tipo de mal.
Hechizos protectores contra las serpientes.
Existen hechizos para la "derrota de Apofis" que otorgan protección de esta deidad o de serpientes, lo cual podría ser visto como una manifestación menor, aunque peligrosa, del monstruo. Durante el Periodo Tardío (664-332 a.C), se leía un libro ritual en los templos cada día para proteger el mundo de la amenaza del archienemigo del dios sol, se rompía en varios trozos una efigie de cera en forma de serpiente y se quemaba en el fuego.
<<Se debe recitar sobre (una imagen) de Apofis hecha de cera con su nombre escrito en ella con tinta verde, también debe hacerse sobre una nueva hoja de papiro sobre la cual se escupirá y pisoteará con vuestro pie izquierdo, atravesado con un cuchillo, echado a un fuego de hierbas de brionia, y extinguido con la orina de… una mujer>> (Papiro Bremer-Rhind V: 14–15).
Era una práctica habitual quemar efigies de cera de Apofis en el Templo de Ra en Tebas. El Libro de la Derrota de Apep (Apofis) contenía instrucciones sobre cómo destruirlas: el sacerdote tenía que colocar la figura en el suelo y pisarla con su pie izquierdo hasta que estuviera completamente destruida. Luego el sacerdote cortaría la masa con un cuchillo y echaría los restos a un fuego preparado especial. Se suponía que debía hacerse religiosamente cada mañana, tarde y noche, también cuando las nubes y la lluvia bloquearan el sol.
Hechizo de Set
El personaje de Set no era considerado del todo un enemigo, sin embargo era calculador y poseía gran fuerza —cualidades que se podían utilizar para el bien—. Sus destrezas físicas y mágicas también las había demostrado al resistirse al ojo maligno de Apofis y al defender a Ra de la gran serpiente. Aunque Set se podía identificar con la serpiente del caos Apofis, también era el dios defensor del sol contra el mismo monstruo. Los egiptólogos modernos están de acuerdo en general en que el animal-Set nunca fue una criatura real y era un compuesto que podría haber combinado el chacal, el cerdo hormiguero, el burro e incluso posiblemente la jirafa. Se han encontrado hechizos contra Set y sus animales, el asno y el hipopótamo, pero como protector se le invocaba en hechizos mágicos, aunque los amuletos del dios son muy poco comunes. Aquí tenemos un encantamiento contra el veneno de una serpiente, utilizando una cebolla, en el que encontramos a Set entre otros dioses:
<<(...) ¡Abate cualquier veneno aquí en el nombre de esta cebolla! ¡Lo que está en la mano de Ra, mata lo que está en la mano de Horus, lo que está en la mano de Set, en la mano de la Gran Enéada! ¡Mata a sus enemigos, ahí! Deteriora su cabeza por mí, ya que llevas el nombre de la cebolla (aquella que deteriora); abre tu boca contra su boca ya que llevas el nombre de quien abre la boca (...) >> (Papiro de Brooklyn, Hechizo 41).
Hechizos de Ra.
Los gatos eran admirados por ser asesinos de serpientes en literatura funeraria, Ra y Hathor a menudo asumían forma felina con un cuchillo en la pata para cortar a Apofis en trozos.
En el hechizo 17 del Libro de los Muertos, el dios sol Ra toma la forma de un gato llamado "Mau" para matar a la serpiente malvada Apofis.
<<Yo soy el Gato que peleó cerca del Árbol Persea en Anu, en la noche cuando los enemigos de Neb-er-tcher fueron destruidos. Este gato macho es el mismísimo Ra y fue llamado "Mau" a casua del discurso del dios Sa, quien dijo sobre él: "Él es como (mau) aquello en lo que se ha convertido, por lo tanto, el nombre de Ra se convirtió en Mau >> (Hoja 14, II, 16ff)
Otro ejemplo, en el que se fabrica una figura de cera de gato para transferir el veneno:
<<(...) Oh, Ra […] ¡Acude hacia tu hija! El veneno ha entrado en su cuerpo y se ha extendido por su carne. ¡Su boca está en el suelo, mira, el veneno ha entrado en su cuerpo! ¡Acude con tu poder y tu ira, tu furia! Mira, se te ha ocultado, ahora que has entrado en el cuerpo de este gato bajo mis dedos…>>
El Papiro de Brooklyn expone el tipo de serpientes conocidas por los egipcios y establece de modo explícito que el veneno en sí mismo podría ser una entidad maligna. Esto explicaría por qué los síntomas externos de la mordedura se trataban con medicina y los demonios internos (el veneno) se trataban con magia o exorcismos. Los egipcios sin embargo, también entendían las causas perdidas, ya que podían admitir la derrota cuando los exorcismos no funcionaban. El hechizo 16 establece:
<< En cuanto a la serpiente, es negra como la tinta, su estómago… su cabeza es pequeña, su morro es largo. Si muerde a alguien, muere de inmediato. Su mordida es como la de Apofis. Es una manifestación de Sobek. Es inútil intentar utilizar encantos contra ella>>
Diosas Selket y Meretseger.
Un tipo específico de doctor-sacerdote era conocido como "el que controla a Selket", la diosa de los escorpiones y a veces de las serpientes. Ambas diosas, Selket y Meretseger, lidiaban específicamente con estos reptiles venenosos a través de rituales y amuletos que dañaban la magia de las fuerzas del mal y las usaba en su contra. La turquesa era la piedra favorita para este uso.
Meretseger era una famosa diosa cobra o cobra enroscada que vivía en lo alto de la montaña sobre el Valle de los Reyes en el oeste de Tebas. Se la veneraba como la "Cima del Oeste", una montaña desértica con forma de pirámide e infestada de serpientes que servía de entrada al Duat. Su nombre significa "aquella que ama el silencio", apropiado para una diosa que se mantiene apartada en una región tan aislada y cuidando a los muertos. Se la adoraba principalmente por los trabajadores de la necrópolis en Deir el-Medina, y en el interior del Valle de los Reyes durante el Imperio Nuevo como una entidad piadosa. La diosa destruía a los trabajadores que cometieran crímenes o hicieran falsas promesas con castigos tales como la ceguera, o aguijonazos y mordeduras venenosas, pero varias estelas reflejan escenas del perdón de Meretseger y la consecuente recuperación de aquellos trabajadores, de los cuales ella estaba plenamente convencida de su redención.
Rachel Black - raquel_carrasco91@hotmail.com
Bibliografía:
Allen, J.P. The Ancient Egyptian Pyramid Texts. Peter Der Manuelian 2007
Argyros, A., "Reviving Ophidia: Godly Serpents in Ancient Egyptian Magic and Mythology". UVM (2018)
Morgan, D. Snakes in Myth, Magic, and History. The Story of a Human Obsession. ABC-CLIO, 2008
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