Macumba brasileña: Candomblé, Umbanda y Quimbanda.

16.07.2024

La macumba es el nombre genérico con el que se conoce a la magia de origen africano que se desarrolla sobre todo en Brasil, aunque tiene lugar en varios territorios de Sudamérica. Macumba es una palabra de origen bantú, es decir, de la lengua y culturas del África central y meridional, que parece estar relacionada con un instrumento de percusión utilizado en sus cultos religiosos y mágicos. La palabra sin duda fue importada por los esclavos africanos llevados a América, pero la asociación con la magia en concreto parece culpa de la Iglesia católica, y la difusión del nombre por los peruanos, quienes comenzaron a utilizar la palabra macumba como sinónimo de "magia de negros". La zona en la que la macumba tuvo más expansión fue en Río de Janeiro, sin embargo, a pesar de su variedad de población y culturas, la macumba tuvo siempre un aspecto negativo, y aún a día de hoy "macumbeiro" puede ser un insulto.

La visión negativa provendría de que, al contrario que en otros cultos africanos, la macumba presta especial atención a la comunicación con los muertos y a las posesiones de espíritus, es decir, se mantiene una conexión mucho más cercana con la muerte, y ello provocó el rechazo occidental e indígena americano desde el primer instante. Sin embargo, esto parece afectar sólo en lo social, ya que en lo cultural, la mayoría de rezos y conjuros se encuentran en lengua portuguesa en vez de en dialectos africanos. Es más probable que, aparte de las presiones habituales por parte de la Iglesia Católica, la mala publicidad dada a partir de los años 20 por la Iglesia hacia sus cultos como "satánicos" fuera la que diera una visibilidad negativa a este fenómeno.

La macumba como término genérico, se divide respectivamente en dos grandes grupos: umbanda y candomblé. Por otra parte, aunque la macumba se haya querido utilizar para hacer referencia a la magia negra o negativa, existe una denominación concreta para ello: Quimbanda.

Nota: Macumba es un término que se utiliza sobre todo en Río de Janeiro y alrededores. En otras partes de Brasil, el término genérico es Candomblé, ¡de ahí la confusión que puede darse al buscar información que las trata de manera indistinta!

El Candomblé es una religión que recuerda mucho a la santería, en especial si se desconocen su historia y sus significados profundos. La confusión proviene de que también aquí se cree en los orixas, paralelas a los orishas, divinidades africanas - aunque también reciben el nombre de nkises o voduns - , y se los equipara con la iconografía y poderes de santos cristianos, al igual que se les realizan ofrendas y votos muy parecidos. Es considerada, generalmente, una religión naturalista, en tanto que la gran mayoría de orixas evocan elementos de la naturaleza como el mar, el fuego, etc. También son tenidos como ángeles de la guarda, y se realizan vínculos personales, como puede ser el uso de patuá o bolsitas-amuleto que se cuelgan en las esculturas o a las que se les echa hierbas específicas para que el poder mágico del orixá esté con la persona.

En el caso de Brasil, los esclavos negros pertenecían a las etnias variadas: bantú, yoruba, jeje, ewe, fon, ketú… nativas de los territorios de Nigeria y Benín. Aunque tenían creencias distintas, se produjeron comuniones y sincretismos religiosos, que confluyeron en los orixas y en un dios supremo, aunque reciba diversos nombres - el dios ketú es Olorum, el dios bantú es Zambi, el dios jeje es Mawu… - pero, en definitiva, es un Dios supremos que, además, para el culto y el sincretismo es prácticamente iguala que el Dios Padre del cristianismo.

También hay uniones bajo los determinativos de Mamá África o bajo el orixa Oxalá, al cual se relaciona con Jesucristo.

Legendariamente se considera que el primer templo candomblé fue fundado en 1830 en la ciudad de Salvador, Brasil. Las "Tres Madres de los Santos" fueron tres mujeres esclavas que, puesto que sus maridos eran llevados a trabajar, se encargaron de las cuestiones religiosas y espirituales, formando a su vez a las esclavas más jóvenes, "las hijas de los santos". Por este motivo, en el Candomblé existe de manera preferente el sacerdocio femenino, al contrario que en la Santería, donde ya vimos que las mujeres están, de alguna forma, vetadas de la oficialidad. No obstante, el primer templo (terreiro, en portugués) oficial es el Ilê Axé Iyá Nassô Oká, también conocido como el "Terreiro de Casa Blanca", en Salvador de Bahía.

El culto se celebra según los días de la semana, los meses, las estaciones. Cada orixá tiene sus preferencias y dominios - en colores, comidas, decoraciones, etc - , si bien parece que el domingo es un día para todos ellos. Algunas ceremonias, como puede ser la fiesta de Yemanyá, la diosa del mar, el día 2 de febrero (coincidente con otras fiestas religiosas, como puede ser la Candelaria) tienen un carácter puramente religioso: grandes procesiones de fieles vestidos de blanco guiados por las Madres hacia las orillas, donde se dejan las ofrendas en el agua o en barquitas.

Pero otras, donde tienen lugar las posesiones como tal en entornos menos amigables, son tenidas por mágicas y espiritistas, saliéndose de los esquemas religiosos entendidos como "tradicionales" por los occidentales. La diferencia principal del Candomblé con la santería es que la unión espiritual con los orixas se alcanza mediante la mediumnidad y la posesión. De hecho, existe una "rama de candomblé" que recibe le nombre de candomblé caboclo (caboclo significa "espíritu de indio muerto"). En el Candomblé, la comunicación con los orishas o los espíritus tiene una vía más directa, y a menudo se recurre a ella para casos urgentes - una enfermedad, por ejemplo- o en fiestas especiales para obtener pronósticos o mensajes. Estas posesiones pueden ser sutiles o muy violentas, dependiendo de la fuerza y la personalidad el orisha, con la particularidad de que cuanto más fuerte sea la posesión, "más efecto" causará en la persona, y la unión espiritual entre ambos será más perfecta.Simplemente el acto de invocar la presencia de un orixa ya estaría fuera del pensamiento cristiano más ortodoxo, tanto más si se realiza a varios de ellos, y mucho más si se acompaña de danzas, ritmos de tambor y finalmente, de una persona caída en trance cuyas nuevas actitudes se toman por las del dios encarnado. A pesar del sincretismo religioso, ello rompe totalmente los esquemas del monoteísmo y la religiosidad "externa" del cristiano. La gravedad de las acusaciones de satanismo y magia negra proviene sobre todo de los rituales de sangre, como los que tienen lugar para el orixa Exú, asociado con la figura del demonio, y para la invocación del cual se requiere el sacrificio ritual de cabritos o de aves de corral de color negro. Empero, su invocación no busca ninguna maldad en sí misma.

La Umbanda es otra de las religiones brasileñas más populares pero también más reciente, pues oficialmente se inicia en el S.XX, y además se extendió por Argentina, Uruguay y Paraguay con cierto éxito. Saliéndose de la faceta más popular, se realizaron varios congresos y eventos de encuentro entre Umbandistas, e incluso de 2003 a 2016 estuvo en funcionamiento la llamada Facultad de Teología Umbandista. Hay quienes rastrean sus orígenes en el S. XIX, dividiendo la umbanda en popular, la que ha resistido hasta nuestros días, y la "blanca", practicada por las élites locales. Para muchos practicantes, no obstante, hay una fecha de inicio oficial: el 15 de noviembre de 1908 (o 1907), cuando tuvo lugar la posesión de Zelio Fernandino de Moraes, un joven católico de clase media que vivía en Río de Janeiro, por el "Caboclo das sete encruzilhadas" ("el espíritu de las siete encrucijadas"), un espíritu abre-caminos.

Existen dos posibles orígenes etimológicos de la umbanda. Una de las teorías dice que proviene del kikongo, una lengua de Angola usada por los bantúes, que tendría el significado de "medicina" o "arte de la sanación". Sus rituales, por tanto, tendrían predominantemente este fin, y sus practicantes habrían sido, en origen, curanderos o chamanes.

Debido a su relativamente reciente constitución, la segunda teoría dice que, con una base en la religión africana de los orixas, la comunicación con los mismos se transforma en una especie de necesidad espiritual, de una curación espiritual, que se encuentra con las ideas budistas e hinduistas, dando lugar a la aun-ghanda, en sánscrito, "principio divino".

Con todo, pueden clasificarse hoy en día muchas variedades de umbanda: umbanda tradicional, umbandomblé (mezcla de umbanda y candomblé), umbanda sagrada, umbanda omoloko, umbanda cristiana… La umbanda se caracteriza por el monoteísmo con un Dios principal (Zambi, Olorum o el propio Dios cristiano), que envía a sus espíritus intermediarios como guías, que serían los orixás.

El contacto directo con la divinidad es para la umbanda un riesgo demasiado elevado, por ello, se rechazan como tal las posesiones individuales; la comunicación tiene lugar a través de los orixás guías o de los espíritus de los antepasados, que actúan como intermediarios entre lo humano y lo divino, a través de un médium capacitado para ello, que a su vez está supervisado por un Pai o Mae de Santo o Babalá, es decir, un sacerdote o sacerdotisa. Este "padre de santo" o "madre de santo" es quien invocará y luego interpretará las palabras y mensajes oscuros y abstractos que dirá el médium. Estas posesiones, aunque son abiertas al público, deben tener lugar en sitios purificados y preparados ritualmente para el momento, llamadas "tendas" o casas.

La curación en la Umbanda es una pieza clave de su creencia, ya que no consideran posible la sanación física sin la sanación espiritual. De ahí la necesidad de que sean los espíritus los que localicen qué está mal en el espíritu de una persona, y por qué ello provoca los males físicos externos. Además de la mediumnidad, existen también otras formas menores de purificación, como son la meditación y la apertura del "tercer ojo", situado en la cabeza, y a través del cual los espíritus pueden servir de guía y acompañamiento a la persona que ha abiertos sus puertas a ellos.

Creen en la reencarnación, porque los espíritus no mueren, simplemente viajan entre mundos, y comparten algunas divinidades que en realidad son avatares de la Virgen María o el Jesús Cristiano, o de imágenes del pentecostalismo. A estos espíritus cristianos se suman ángeles, orixas, caboclos espíritus indígenas), pretos (literalmente "negros", es decir, espíritus africanos) y éguns (antepasados, ya con un carácter mítico). Algunos de los más populares son la preta velha - la vieja negra, una de las primeras esclavas africanas; el preto velho - el viejo negro, el "primer" brasileño negro; o O caboclo do menino, el espíritu de un niño muerto. Igualmente existen caboclos al "servicio" de ciertos orishas, como Oxossí, Xangó o Jemanyá, con poderes sobre sus dominios, o también los llamados Caboclos de cazadores (de lança, etc), espíritus de antiguos cazadores africanos.

A todos estos espíritus y divinidades se les realizan ofrendas semejantes a los otros cultos afroamericanos: arroz, tabaco, perfumes, aguardiente, y también sacrificios animales, especialmente gallinas. Estas ofrendas a menudos van precedidas de una pequeña procesión, y al realizarse reciben el nombre de "comunión". En los ritos de iniciación, tienen lugar también varios sacrificios animales, y se "bautiza" al nuevo umbandista cortándole el cabello y lavandole la cabeza con la sangre de los animales que haya ofrecido, a los cuales el nuevo adepto habrá estado alimentando durante los meses anteriores.

Entre los preceptos principales de la Umbanda caben destacar las llamadas "Siete Líneas". Se trata de siete valores humanos, cada uno de los regidos por un elemento, un mineral, una planta, un animal, un planeta y divinidad o espíritu concreto, variables según la rama de Umbanda que se siga. De este modo cada umbandista entiende que su misión en la vida es la prevalencia y manifestación de estos siete valores, y sabe a qué divinidad dirigirse o qué elementos naturales, mágicos o astrológicos puede utilizar para alcanzarlos. Estos siete preceptos son la fe, el amor, el conocimiento, el equilibrio, el orden, la transformación y la vida.

La Quimbanda, también escrita cuimbanda y kimbanda, es la parte de la macumba que podría considerarse magia negra. Es practicada en el mayor de los secretismos, es tan temida como castigada. La quimbanda también hace uso de la comunicación con los espíritus, pero éstos son malvados, y sus fines son igualmente destructivos: arruinar la vida a alguien, provocar rupturas amorosas o laborales, accidentes, enfermedades e incluso la muerte.

Para algunos lingüistas, Quimbanda provendría de la lengua bantú, significando algo parecido a "quien habla con el más allá", y habría estado referido en principio a los sacerdotes o chamanes especializados en este campo. Por lo tanto, tenemos un dato más: la quimbanda no es culto en sí mismo, sino que es una práctica aparte, independiente del culto que la persona pueda tener.

El espíritu principal al que se reclama es Exú, un ser triple asociado al Diablo cristiano, que incluso lleva tridente y puede tener capa o cuernos. No es un orixá, es "otra cosa", un ser más cósmico, por así decirlo.

Existen diferentes caminos de Quimbanda en Brasil,o 'Casas de Exu'. El rey Exú es un ser "triple", que puede encontrarse en la trinidad Exu Mor, Exu Morcego y Pomba Gira Maria Padilha, o en la trinidad Exu Lucifer, Exu Tranca Ruas y Pomba Gira Cigana, así como otras trinidades que equiparan a los exú asociados con los demonios judeocristianos Lucifer, Belcebú y Astaroth. Dependiendo de la trinidad dominante en el camino de la quimbanda, ésta se entenderá y desarrollará de una u otra manera.

En general un gran grupo de espíritus reciben el nombre genérico de exú. También se trata con las Pomba Gira, la parte femenina de Exú. Exú recibe diferentes apelativos según la faceta. Entre los más temidos se encuentra el Exú de los Caminos cerrados, cuyo trabajo puede conducir a la muerte, negando al conjurado toda posibilidad de escapar. Hay dos formas de ver a Exú: por una parte, como una fuerza cósmica, semejante al concepto de "karma", que de alguna manera venga las injusticias y da equilibrio bien-mal, aunque esto implique desgracias. Por otra parte, se los ve como entidades variadas y necesarias para que el equilibrio bien-mal mantenga su eterna lucha universal. Cuando son invocados por una persona, dependerá de la propia intención de la persona la actuación mayor o menor del exú y su eficacia.

Sin embargo, no dejan de ser espíritus independientes y estos demonios, aunque suelen ser entes vengativos, malignos, poderosos y respetados, también pueden ser simplemente seres traviesos e ignorar las órdenes del que lo haya invocado. A pesar de esta idea, existen figuritas y estatuas de exú y pomba gira individuales para que el quimbandista pueda establecer un vínculo más cercano con su espíritu particular, como espíritus guía.

Se llama normalmente guía al collar que se ha consagrado a dicho espíritu, mediante un lavado ritual y haberlo dejado cerca del exú o pomba gira durante una o tres noches, dependiendo de las fechas. Este collar puede servir para orientar espiritualmente al quimbandista, o como herramienta de apoyo ritual, al igual que un patuá. Son frecuentes las procesiones de lavado de estatuas para purificarlas y consagrarlas ritualmente.

Para Exú y Pomba Gira se realizan ofrendas de tabaco y alcohol, normalmente apoyando el cigarro o puro encendido, en diagonal sobre la copa que contenga el vino, el whisky, el coñac, etc. A Pomba gira le gustan siete rosas sin espinas, y a Exú le complace la carne con pimientos. Sin embargo, para ciertos trabajos se exige animales negros, ofrendas de sangre y danzas ruidosas, velas rojas y negras. También tienen lugar las posesiones, donde se sigue conservando el término cabalho (caballo), al igual que ocurría en la magia tradicional del África subsahariana, donde la divinidad es el "jinete" del médium.

Los viernes, sábados y lunes son las noches consideradas más propicias para peticiones y hechizos. Algunos de los conjuros y hechizos realizados se asemejan a la magia negra europea, como pueden ser los amarres o los sacrificios en encrucijadas. Los cementerios también son lugares propicios para la invocación de espíritus malignos y vengativos, a los cuales se les dejan ofrendas en las tumbas. Otros actos tienen mayores componentes indígenas, como introducir el nombre en la garganta de una rana. Encontramos frecuentemente el uso de figuras de trapo y cera para representar a la persona a dañar. Todos estos actos deben llevarse a cabo en la oscuridad de la noche, nunca de día.

El único remedio a esta magia negra se encuentra en la "magia blanca" de los santos y los orishas, las únicas entidades capaces de hacerles frente, con excepción, claro, de Jesús, María y el propio Dios Padre cristiano.

Pietro V. Carracedo Ahumada - pietrocarracedo@gmail.com

Bibliografías

Klein, F. Quimbanda y umbanda. Cultos afrobrasileños en el Río de la Plata. Gazeta de antropología, n22. (art. 29) Universidad del Trabajo del Uruguay, Montevideo. 2006

Liberio del Zotti, C. Brujería y magia en América. Plaza & Janés, Barcelona, 1975

VVAA. Diccionario Akal de las Religiones. Ed. AKAL, 2001.


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