Mazzalot, astrología medieval judía (II). Nociones de astrología (V)

13.01.2025

En la parte primera vimos que, con la excepción de Maimónides, ningún filósofo judío se oponía radicalmente a la astrología, y ello implicaba que si bien en el aspecto teológico la misma no debía plantearse - todo estaría predispuesto por la voluntad divina - , no ocurría lo mismo en las corrientes místicas, donde sí se desarrolló un poco más. En el Zohar, obra clave de la cábala, se dice que <<Todo se encuentra bajo la influencia de mazzal, (הַכֹּל תָּלוּי בְּמַזָּל), es decir, de las constelaciones>>. Con ello queda claro que en el misticismo judío la astrología tenía un papel importante. De aquí proviene, muy probablemente, la felicitación de buena suerte, Mazal Tov.

Mazzalot, las constelaciones

En la astrología medieval judía se analizó que los doce meses del año hebreo coincidían con las doce constelaciones zodiacales, así como eran 12 las Tribus de Israel. Cada signo se vinculaba con un mes y con ciertas características que afectaban a ese tiempo y a quienes nacían bajo dichos signos. Su zodíaco, pues, sería el siguiente:

Taleh, el carnero (Aries). Mes de Nisan. Primavera, fuego, lo masculino.

Shor, el toro (Tauro). Mes de Iyar. Madurez, la noche, lo femenino.

Teomim, los mellizos (Géminis). Mes de Sivan. Unidad.

Sartan, el cangrejo (Cáncer). Mes de Tammuz. Vulnerabilidad, mala fortuna.

Aryeh, el león (Leo). Mes de Av. Poder, fuego, destrucción y redención.

Betulah, la doncella (Virgo). Mes de Elul. Tierra, noche, lo material, lo femenino.

Moznayim, la balanza (Libra). Mes de Tishrei. Creación, equilibrio.

Akrav, el escorpión (Escorpio). Mes de Cheshvan. Melancolía, desorden.

Keshet, el arco (Sagitario). Mes de Kislev. Paz y conflicto, relaciones con los no-judíos.

Gedi, el niño (Capricornio). Mes de Tevet. Sueño, descanso, renovación.

D'li, el cubo (Acuario). Mes de Shevat. Purificación, beneficio, la Torah.

Dagim, los peces (Pisces). Los opuestos, disparidad, mezcla, lo femenino.

La relación del zodíaco con los eventos terrenales se plasmaba en múltiples ejemplos. El mes de Adar, que se correspondería con el signo de Piscis (Dagim), se consideraba problemático porque muchos malos eventos habían sucedido al pueblo hebreo en estas fechas. Igualmente el mes de Tammuz no tenía festividades, porque Cáncer (Sartan) no era propicio - en este mes se había decidido, por ejemplo, la fabricación del becerro de oro.

Otros eran meses con influencia religiosa. El mes de Sivan, que era el de Géminis, se consideraba el mes de Unión, porque la "revelación en el Sinaí", es decir, el encuentro directo entre el hombre y Dios, habría tenido lugar en este mes. El mes de Tishrei (Libra), que simbolizaba la Creación, se consideraba el mes durante el cual Dios habría creado el Mundo.

En cuanto a la distribución de las 12 tribus de Israel, a cada una le correspondería un signo zodiacal. Las doce tribus surgen de los descendientes de Jacob, de manera que:

La Tribu de Gad, le corresponde Aries. Se dice de esta tribu que son fieros combatientes.

La Tribu de Issachar, le corresponde Tauro. Destacan de ellos la fuerza y la perseverancia.

La Tribu de Simeón, le corresponde Géminis. Versátiles, capaces de resolver actos contradictorios.

La Tribu de Rubén, le corresponde Cáncer. De ella se dice que destacaban por su familiaridad.

La Tribu de Judá, le corresponde Leo. Descritos como fieros y orgullosos líderes.

La Tribu de Zebulón, le corresponde Virgo. Se dice de esta tribu que son grandes comunicadores, analísticos, comerciantes y dispuestos a prestar ayuda.

La Tribu de Naftalí, le corresponde Libra. Destacan su amor y belleza, su temple y su armonía.

La Tribu de Dan, le corresponde Escorpio. Asociados con una justicia férrea y con un espíritu guerrero.

La Tribu de Asher, le corresponde Sagitario reconocida por su abundancia material y su buena fortuna.

La Tribu de Manasés, le corresponde Capricornio. Disciplinados pero ambiciosos.

La Tribu de Efraín, le corresponde Acuario. Se dice de ella que son innovadores, de gran pensamiento.

La Tribu de Benjamín, le corresponde Piscis. De naturaleza dual, pacifista pero buena guerrera, además de intuitiva.

Mazal, los planetas

Había relación entre los siete planetas de la antigüedad, con los siete días de la Creación y los siete brazos de la Menorah; igualmente, calculaban que las cuatro fases lunares se daban cada 7 días. También se dividían los días en doce horas diurnas y doce horas nocturnas, pero estas no eran de 60 minutos, sino que se calculaba el momento exacto en el que el sol salía y en el que el sol se ponía, dividiendo los espacios de tiempo en 12. A cada hora se le asignaba un planeta rotativamente, de manera parecida a lo que vimos en el artículo de Horas y días para realizar hechizos. Su orden horarios es, contando desde la primera hora nocturna, Mercurio-Luna- Saturno-Júpiter-Marte-Sol y Venus, y prosiguiendo en este orden.

Los planetas hebreos y actualmente cabalísticos son los 7 de la antigüedad. Aunque la asignación de ángeles es algo más cabalístico, expondremos aquí también los que más comúnmente coinciden en las diversas versiones.

Sol (Jamah), relacionado con Dios, el poder celestial. Se dice que está regida por Miguel o por Galgaliel (según Enoch).

Luna (Levanah), relacionada con los ciclos y el agua. Se dice que está regida por Gabriel o Yarchiel.

Mercurio (Kokhav, la "estrella-sol") ; influye en la escritura, las artes, el aprendizaje. Se cree regido por Rafael.

Venus (Nogah, el brillo), relacionada con la luz, con el bien y el mal - Lucifer, el que lleva la luz. Se dice que está regido por Hanael.

Marte (Ma'adim, el rojo), influye en la sangre, la guerra, el hierro. Se considera que lo rige Camael

Júpiter (Tzedek, la justicia); influye en la sabiduría y el poder. Se considera que lo rige Zadkiel

Saturno (shabbetai) Se dice que está regido por Kaftziel (según el Sefer Raziel) u Orofiel.

La distribución de planetas y días se occidentalizó, pero en la primera parte explicamos su antiguo orden.

Lo mismo se hacía con los meses y los años, en cuidadosos cálculos astronómicos y astrológicos. Los planetas tenían influencias concretas en sí mismos, que luego se asociaron a los elementos, aunque actualmente hay disputa acerca de cuánto de la filosofía grecorromana y medieval cristiana influyó en este reparto. Aún así podemos encontrar ejemplos como la afirmación de que la destrucción del Segundo templo coincidió con una posición crucial para el fuego de Leo, que a su vez tiene el Sol, que a su vez es un mes de "destrucción".

Los días de la semana estaban regidos por los planetas también. A este respecto ejemplificamos brevemente con el caso del Sábado. Este día era el día sagrado sin discusión. Su primera distribución de planetas y días también era diferente al de la magia occidental:

Domingo - Mercurio; Lunes - Júpiter; Martes - Venus; Miércoles - Saturno; Jueves - Sol; Viernes - Luna; Sábado - Marte.

Luego los planetas se cambiarían rápidamente hacia el modelo occidental. El domingo lo regiría el sol; el lunes, la luna; el martes, Marte; el miércoles, Mercurio; el jueves, Júpiter; el Viernes, Venus; y Saturno coincidiría con el Sabbath (Sábado).

Pero astrológicamente, el planeta regente, que debería ser Saturno, estaba en el día martes. Para aclarar los cambios que habría que hacer con dicho vínculo planetario, Ezra, basándose igualmente en los comentarios de astrólogos no judíos, se daría cuenta de que Saturno era, para los no judíos, un planeta maligno. Así pues, los judíos, como pueblo, eran considerados bajo su "influencia maligna", de ahí las constantes luchas con ellos. Cuando el sábado se asocia finalmente con el planeta Saturno también en la astrología hebrea, Ezra dirá que precisamente el sabbath es en sábado porque los judíos están protegidos por Dios incluso de esas malas influencias, pudiendo hacer de ese día su día festivo.

En cuanto a relación zodiacal, ya se ha visto que las constelaciones no varían de las ya conocidas, pero son los planetas los que quedaban supeditados a la influencia de las constelaciones y su espacio en el cielo, y no al revés, como suele ocurrir en la astrología occidental.

El Sol se veía influenciado por Leo. Cáncer recibía influencias de la Luna.

El resto de planetas recibían influencias dobles:

Marte se veía influenciado tanto por Aries como por Escorpio.

Venus también tenía dos constelaciones que le afectaban especialmente, Tauro y Libra.

Mercurio recibía influencias de otras dos, Géminis y Virgo.

Saturno estaba influenciado por Capricornio y Acuario.

Y Júpiter lo estaba por Sagitario y Piscis.

Del mismo modo, las constelaciones por las que pasaran cerca o atravesaran también les afectaban, aunque no fueran constelaciones zodiacales, o estrellas concretas. Las Pléyades, Orion, Sirius, el Dragón, etc son solamente algunas de las que sabemos la importancia de diagnóstico que se les prestaba.

Por todo esto, los planetas eran llamados "sirvientes", ya que siempre estaban supeditados al resto de estrellas, pero su importancia en la astrología hebrea medieval puede verse por la atención que se le presta a ciertas características o posiciones concretas de los mismos. Véase, por ejemplo, que se prestaba mucha importancia a sus movimientos y velocidades para el desarrollo de los eventos: si estaba en retrógrado, el proyecto iría mal; si aparentaba lentitud, se produciría un retraso notable, pero esto podía ser positivo si se estaba hablando de una enfermedad, ya que se creía que ésta remitiría. Igualmente, se consideraba que los planetas que había en las casas zodiacales del horóscopo siempre manifestaban su faceta positiva. Había posiciones maléficas y benéficas, y los distintos planetas desarrollaban una lucha casi matemática contra éstas: el sol sumaba a la luna, pero la luna restaba al sol. Júpiter restaba a todos los demás. Venus sumaba a todos, excepto a Marte, al que solía restar, etc.

Aparte de ello, tal vez lo más importante es que existían tablas como las de Ibn Ezra donde se indicaba la influencia de cada planeta (no cada signo, sino cada planeta) sobre la personalidad y el aspecto físico de la persona influida. Así pues, si alguien nacía bajo una influencia solar, tendría gran majestad de presencia, pese a que su cuerpo sería regordete, su pelo fino y sus ojos grandes y redondos.

Pietro V. Carracedo Ahumada - pietrocarracedo@gmail.com

Bibliografía:

- Glazerson, M. Ave the Zodiac. Astrology in Jewish Thought. Ed. J- Aronson, 1997

- Geoffrey W. D. , The Encyclopedia of Jewish Myth, Magic & Mysticism (ed. 2016)

- Rudavsky, M. T. Jewish Philosophy in the Middle Ages. Science, Rationalism, and Religion. OUP Oxford, 2018

- Sela, S.; Abraham Ibn Ezra's Introductions to Astrology A Parallel Hebrew-English Critical Edition of the Book of the Beginning of Wisdom and the Book of the Judgments of the Zodiacal Signs. Abraham Ibn Ezra's Astrological Writings, Volume 5. Brill, 2017.


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