Ocultismo nazi
En la Alemania previa al Tercer Reich, hubo un creciente interés hacia la herencia simbólica germánica que derivó en prácticas basadas en el ocultismo.
Durante la conformación del corpus ideológico nazi, la búsqueda de una identidad nacionalista con raíces nórdicas dieron paso al estudio de las runas. Guido Von List (1848 -1919) propuso un alfabeto simplificado conocido como Futhark, ya que siempre comienzan con las letras f-u-th-a-r-k. Fundó el movimiento armanen, siendo pionero de la teoría de la raza aria.
El Armanismo proponía el rechazo de la herencia semítica contenida en el cristianismo hacia una espiritualidad cercana a culturas protoindoeuropeas de corte pagano, mayormente "arias". Se creía que Externsteine, un complejo megalítico en bosque teutón, era un lugar de culto para poblaciones previas a la llegada del cristianismo. Fue el historiador alemán Wilhelm Teudt quien, afiliándose al partido nazi, propuso convertir esta zona en un bosque sagrado, formando la "Fundación Externstein" junto con Heinrich Himmler siendo en la actualidad un punto de encuentro para filofascistas. Se dice que allí también se encontraba el Irminsul, un árbol que conectaba cielo y tierra para los sajones que rendían culto a Irmin, relacionado a su vez con el Yggdrasil nórdico.
Otro pionero de las ideas religiosas que iba a vertebrar el nazismo vino de parte de J. Lanz Von Lienbenfels (1874 – 1954), quien escribía en la revista austríaca Ostara de forma autopublicada justificaciones teológicas a la eugenesia racial (con granjas humanas para tal fin) o sobre la misoginia (como culpables de esto), todo en torno a la superioridad germánica.
Con todo, había un conflicto entre el creciente movimiento völkisch que aspiraba a hegemonizar un nuevo sentir nacional alemán, mientras que por detrás la sociedad secreta de la Germanenorden empujaba su ideario dentro de la agenda del recién creado Partido Nazi, chocando con los Armanen que no compartían sus preceptos fascistas.
Aunque algunos seguidores intentaron estimular el esoterismo dentro del nacimiento del partido nacionalsocialista, se vieron rechazados por el intento de hegemonizar políticamente a la ciudadanía alemana que veía estas ideas como alejadas de sus necesidades.
Jakob Wilhelm Hauer intentó conformar el Movimiento de la Fe Alemana con rasgos del paganismo germánico junto con la ideologií nazi, tomando la esvástica del hinduismo. Tuvieron el beneplácito de Rudolf Hess, pero no consiguió el favor del resto de seguidores.
Fue Himmler (1900-1945), líder de las SS, quien fundó la Sociedad para la Investigación y Enseñanza sobre la Herencia Ancestral Alemana o Ahnenerbe (Herencia Ancestral) para realizar investigaciones pseudocientíficas basadas en la antropología y la arqueología para defender sus teorías sobre la superioridad racial.
Su obsesión les llevó a expediciones al Tíbet para establecer el punto de origen de la raza nórdica, como punto de encuentro entre los mongoles y otras tribus bárbaras, así como la búsqueda del Shamballa como reino místico oculta en la tradición hinduista.
Por otro lado, los extremistas de la Sociedad Thule intentaron probar que la raza aria provenía de un lugar perdido, al que vinculan con la Atlántida. Aunque su influencia fue marginal, fueron ellos quienes impusieron la esvástica nazi como logo reconocible de las fuerzas hitlerianas.
La creencia en el Vril como una energía psíquica infinita en el centro de la Tierra y la Sociedad del Vril se originó en una novela llamada "The Coming Race" ("La raza venidera") escrita por Edward Bulwer-Lytton en 1871. Esta obra de ficción describe una civilización subterránea que utilizaba esta energía para alcanzar un estado superior de existencia. Aunque la novela era puramente ficticia, algunas personas, incluidos teósofos e historiadores, tomaron la idea del Vril como una verdad oculta. Esto llevó a la creencia en una sociedad secreta que poseía conocimientos sobre esta energía y que buscaba utilizarla para sus propios fines. La Sociedad del Vril fue un concepto que se convirtió en parte de la mitología ocultista, especialmente durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX en Europa. Algunos movimientos ocultistas, como la Orden de la Golden Dawn, fundada en Inglaterra, exploraron ideas similares sobre cambios mundiales y transformación a través de prácticas místicas y esotéricas, pero sin la carga racial que luego adoptaría algunos grupos vinculados al nazismo. Aleister Crowley (1875 -1947) , quien estuvo asociado con la Golden Dawn antes de formar su propia tradición espiritual, tenía visiones de transformación y cambios radicales en la sociedad, pero su enfoque no estaba centrado en la raza, sino más bien en la evolución espiritual y personal. El aspecto racial y la búsqueda de un "nuevo orden" a través de prácticas místicas y esotéricas se mezclaron posteriormente con la ideología nazi en Alemania. El nazismo distorsionó estas ideas para promover su agenda de supremacía racial y control, adoptando conceptos esotéricos y mitológicos para respaldar su narrativa de un "pueblo superior" y la idea de un nuevo orden bajo su liderazgo.
Como intento desesperado por ganar la guerra, las fuerzas nacionalsocialistas intentaron localizar reliquias esotéricas como el Santo Grial iniciando el "Proyecto Kulturkampf", siendo inspiración para obras de ficción como Indiana Jones, Wolfenstein o Full Metal Alchemist. En el videojuego Inscryption (¡SPOILER!) !una baraja de Kärnoffel maldita (entendida como un proto-tarot germánico) en posesión de Adolf Hitler durante el momento de su muerte, acaba por poseer al propio juego.
Todas estas ideas ocultistas chocaron con la antroposofía, principal competidor de la nueva "religiosidad" filofascista. Rudolf Steiner ganaba fuerza frente a viejas religiones como una creencia laica oponiéndose al nacionalismo y al antisemitismo. influido al mismo tiempo por el hinduismo y el budismo, integrando todas estas corrientes de pensamiento en su sistema.
A pesar de ello, seguía teniendo a Cristo como eje espiritual de la historia de la humanidad.
Al mismo tiempo que intentaba imponerse una nueva espiritualidad, se reprimió por miles a la masonería comparándolos con los judíos y otros grupos intelectuales como la Rosa Blanca, en un discurso antiélites similar al "judeomasonismo" del franquismo español y que llevó a su vez a las conocidas quemas de libros.
El nazismo no eliminó por completo al cristianismo, aunque buscaba restringir su influencia, promoviendo el nacionalismo extremo mediante un paganismo que crearía tensiones entre ambas facciones.
Para los nazis, el ocultismo era un componente vital de su visión del mundo, influenciando sus decisiones y acciones proclamando la llegada de una nueva realidad que llevó a una movilización de las masas.
Sus consecuencias derivaron en la eugenesia racial con horribles experimentos a todo aquel que rechazará sus proclamas.
A día de hoy, el auge del neopaganismo se ha acercado peligrosamente al neonazismo, como ya vimos en las vidas tradicionales propuestas por la comunidad de la película Midsommar, o en las recientes noticias sobre grupos neonazis escondidos bajo organizaciones de corte paganas.
A pesar de que la relación entre ocultismo y política sea amplia, como José López Rega en Argentina, Choi Soon-sil en Corea o Rasputín en Rusia, sirva este artículo como recordatorio sobre los peligros de manipular la espiritualidad con fines políticos.
Nuria Acquaviva - nacquavivaps@gmail.com
Bibliografía:
- Flowers, S. (Ed.) The secret of the runes by Guido Von List, 1989
-González Gutiérrez, J. G. Magia, ocultismo y sociedades secretas en el Tercer Reich. Editorial Almuzara. 2020.
-Gazin-Schwart,
A., Holtorf. C (Ed.) Archeology and Folklore, Routledge, Londres 1999
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