Rituales de Samhain, la fiesta de los espíritus

28.10.2024

Samhain o Halloween, como es más conocida mundialmente, hace referencia al período final de octubre, entendido también como el final de año en varias tradiciones paganas. Es el momento en el que empieza a notarse el verdadero cambio de tiempo, que el sol se esconde más pronto, y que los árboles ya se están quedando sin hojas. Si Mabon es el momento de la primera cosecha, ahora es el momento de una segunda cosecha, y quién sabe si la última del año antes del frío invierno. En el plano espiritual, estas cosechas hacen referencia, como ocurre en el fin de año de diciembre del calendario juliano, a una reflexión de los propósitos conseguidos, del camino que se ha avanzado en los mismos, de los buenos momentos y personas que ha traído consigo este curso del año, etc.

Puesto que al igual que en otras fechas clave, se cree que se abren las puertas que separan los diversos mundos, en particular, la que separa el mundo de los vivos y de los muertos, y que el Sol y el Año "también mueren", el motivo central de esta fiesta será el honrar y rememorar a los difuntos, al mismo tiempo que compartir comida, juegos y rituales con ellos. Esto se hace en el mundo occidental en Octubre-Noviembre, mientras que en Asia el mes de los espíritus es Agosto.

Sobre los orígenes de Samhain-Halloween ya hemos hablado largo y tendido en varios artículos del blog que os dejamos a continuación.

El presente artículo se va a centrar en los rituales del neopaganismo y la brujería tradicional, que pueden llevarse a cabo libremente y sin confrontación con la mayoría de creencias.

Comida de difuntos

Entre los rituales de esta festividad debemos destacar la importancia que tiene la comida. En muchas culturas antiguas, y en supervivencias folclóricas de hoy en día de todo el mundo, los difuntos pueden comer y beber. Es por ello que, por ejemplo, en varios países de la Europa del Este, se deja cerca de los difuntos una vela, un vaso de agua y comida, para que el espíritu se alimente antes de marcharse definitivamente. En otros lugares del mundo hay costumbre de celebrar los aniversarios de la muerte de los seres queridos reuniéndose a comer cerca de su tumba o en su antigua casa. Como ritual, pueden dejarse sillas vacías en una mesa repleta de los dulces y platos típicos de estas fechas en cada región para convidar a los espíritus.

Realizar visitas a sus tumbas es lo más tradicional, así como crear pequeños altares con sus fotos en casa. Convidarlos a comer o mencionarlos mientras se realizan juegos o rituales, pidiendo su ayuda, es una forma de mantenerlos cerca. Existe una tradición de la época victoriana llamada "la cena muda", también conocida como "cena tonta", en la cual, tras contar historias y anécdotas de los seres queridos que se han marchado, se realiza todo en absoluto silencio: se ponen sillas para los difuntos y se sirve la comida del revés: primero los postres y al final los entrantes. Finalizada la cena muda, como silencio ritual de respeto a los difuntos, los platos de los difuntos se dejan en el exterior (por ejemplo en la puerta). En otras versiones, al igual que los platos son servidos a la inversa, también se debe poner la mesa caminando de espaldas.

En cuanto a la comida, predominan las frutas y verduras de temporada: la calabaza, utilizada hueca como linterna, es muy versátil para platos dulces y acompañamientos de carne y pescado, así como sopas o cremas. La granada, fruta del inframundo en el mundo clásico y símbolo al mismo tiempo de la prosperidad por sus numerosas semillas en grano, es otro elemento clásico. Respecto de las manzanas, también símbolo del más allá en el mundo celta, son utilizadas con frecuencia de la misma forma que en Mabon. Los frutos secos son el mejor acompañamiento. No pueden faltar pasteles tradicionales de la región de esta época: soul cakes, pan de muerto, huesos de santo, buñuelos,

Un ingrediente muy utilizado en las comidas de otoño es la canela. La canela tiene un fuerte vínculo esotérico con el dinero y la prosperidad, por ello se incluye en comidas, bebidas y postres, además de esparcirse por la casa manifestando cómo entra la abundancia en la misma. Inciensos y velas de olor canela, o ambientadores hechos con palitos de canela y piel de naranja y limón son algunos de los adornos comunes para tenerla presente en estas fechas.

Dejar comida en las puertas y ventanas no se hacía solamente con el fin de que lo comieran los difuntos. En las islas británicas, se trataba de una ofrenda para los seres feéricos, es decir, hadas, duendes y demás seres de la naturaleza. Darles comida era una forma de ganarse su favor y que no realizaran travesuras ni provocaran enfermedades a las familias que estaban siendo buenos con ellos. En la actualidad, en las ciudades los paganos que no cuentan con casa baja ni patio dejan parte de su festín en los altares, diferenciando la ofrenda dedicada a los dioses y la dedicada a las hadas.

Velas

La iluminación con velas ayuda a los espíritus a guiarse en la oscuridad para llegar hasta los hogares, por ello nunca está de más iluminar las puertas y ventanas de la casa. En lugares como Irlanda la fabricación de velas y regalar éstas a las vecinas era parte de un ritual femenino de buenos deseos para su hogar. Las velas azules en esta época se asocian a los espíritus.

Se pueden encender velas como ofrendas y con rezos y recuerdos para los difuntos. Igualmente, los hechizos que se hagan con velas solicitando el auxilio de espíritus - ya sean benéficos o maléficos - serán más fácilmente escuchados esta noche. Esto se aplica también a las divinidades lunares y de umbral, como puede ser Hécate.

Un ejemplo de ritual con velas en esta época consiste en encender una vela durante los siete días anteriores, durante 7 minutos, realizando una petición. En Halloween se deja arder toda la noche y a la mañana siguiente el sello de cera restante se mete en un papel o saquito para llevarlo consigo durante los meses oscuros.

Otro propósito de las velas es la purificación y la adivinación, pero eso lo veremos en los siguientes apartados.

Purificaciones

Las hierbas y las especias cobran gran protagonismo en la creación de aguas floridas y baños de purificación. Además de la canela, encontramos el clavo, con un claro simbolismo, y sobre todo la artemisa, utilizada en infusiones y agua de baño.

Con velas se pueden realizar purificaciones personales o de lugares. Un ritual de limpieza de la casa puede ser encender una vela de colores claros, o en su defecto un palo santo, y pasearla por la casa manifestando su intención de limpieza. Otro ritual, esta vez destinado a la purificación personal, consiste en tumbarse en el suelo a realizar una meditación, teniendo a la izquierda una vela negra y a la derecha una vela blanca, visualizando cómo las energías se mueven de una a otra y cómo se consumen con el fuego.

Es el momento también de plantearse finalizar propósitos, así como se queman papeles o figuras y muñecos que representen ciertas cosas o personas que se quieran eliminar o purificar (por ejemplo, puede hacerse una efigie de uno mismo con sus mayores defectos).

Otro ritual consiste en cortar siete trozos de lana y anudarlos entre sí, haciendo un círculo. El objetivo es que el practicante wicca intente cortar los nudos con el athame, daga conocida por apenas tener filo, de manera que se manifieste el esfuerzo en deshacerse de las ataduras que ha tenido en el anterior año brujo. Este mismo ritual puede practicarse sin athame, usando las manos o unas tierras o cuchillos sin punta: el objetivo es manifestar el esfuerzo.

Entre las bromas pesadas a los vecinos se encontraba tirar tomates o coles en los patios y ventanas, provocando un estropicio. Puede que arrojar frutas y verduras tuviera su origen en ritos agrarios anteriores, como pasaba en Escocia, en los que se volcaban todos los males sobre las coles rizadas, y se arrojaban fuera de las lindes para librarse de ellos.

En la actualidad puede recrearse este ritual arrojando algún objeto, bola de papel o piedra donde se hayan volcado los males del año, deshaciéndose de ella tirándola en medio del campo. Igualmente, dado que los ruidos fuertes alejan los malos espíritus, puede hacerse gritando para espantar dichos males.

Adivinación

Por supuesto, no faltan quienes aseguran que esta noche es el momento idóneo para realizar sesiones de espiritismo, ouija o usar el péndulo, todo ello siempre con respeto. Se utilizan espejos y agua para intentar visualizar espectros o visiones del futuro, en habitaciones oscuras con una única vela intencional, algo parecido al scrying de espejos negros.

Es frecuente el uso de ciertas hierbas como la mirra, el cedro, el espino, el avellano, el tomillo o el laurel para intentar contactar con los espíritus, como ingredientes de caldero o quemadas. Existen hierbas como la belladona, el acónito o el asfódelo que, pese a su fama brujeril, están totalmente desaconsejadas por su alta toxicidad.

Con las granadas, hay quienes intentan adivinar a través de los granos de semillas, ya sea mediante sistemas de par o impar, o algún tipo de geomancia más complicada. Las castañas y las avellanas también tienen este uso. Igualmente con la piel de las manzanas o interpretando posos del té o briznas de hierbas. La adivinación por huesos es más estética que estacional.

También se hacen adivinaciones para el día siguiente, como el huevo vertido en un vaso de agua para leer sus formas por la mañana, de la misma manera que en la noche de San Juan, o también dejando arder velas con propósitos para conocer por la caída de la cera cómo se desarrollarán o terminarán los mismos.

Protección

No todo el mundo desea atraer a los espíritus, cada cual tiene sus motivos. Por ello esta noche también hay quienes en las ventanas ponen las calabazas talladas y otros elementos horribles con la intención de ahuyentarlos en lugar de atraerlos. Es el mismo objetivo que las grandes hogueras que se hacían antiguamente en ciertos perímetros. Sonidos de campanillas o agua bendita también son utilizados para asegurarse que no entre en casa ningún espíritu de malas intenciones.

Contra las hadas son efectivos el hierro, la sal y la harina de trigo o avena. Antiguamente se ponían dos palos haciendo una cruz o un trozo de carbón de la chimenea sobre los cabeceros de cunas y camas para que las hadas no secuestraran a los niños.

Los disfraces se han convertido sin duda en el mayor atractivo de la fiesta de Halloween, en especial por la influencia de las celebraciones estadounidenses. Al igual que ocurre con el carnaval, los disfraces tenían en origen la intención de asustar a los espíritus, o en su defecto mezclarse con ellos para no ser atacado.

El escándalo, la música, los gritos y las danzas son parte de esta fiesta, en origen para ahuyentar a los monstruos y espíritus que vagan por ahí libremente en estas fechas. Una prueba de la supervivencia de estas tradiciones la encontramos no solamente en "pasar miedo" y dar sustos a la gente, sino también en las grandes cabalgatas que se organizan en algunos países.

Algunas hierbas se consideran más efectivas que otras para protegerse de los espíritus y las malas energías, En este sentido, colgar ramos o saquitos de ruda y ajenjo, ajos, así como ramas de sáuco y endrino, en las puertas, ventanas y/o balcones, son buenas advertencias contra los malos espíritus.

Mitología de Halloween: fantasmas, animales, hadas, brujas.

Antiguamente en los pueblos tenía lugar una primera matanza, y en algunos casos también el sacrificio de un animal negro (cerdo, cabra, vaca) a los dioses del inframundo. El cerdo o cerda negra en la cultura celta tenía relación paralela con el diablo y con un fantasma de una dama blanca, Lady Gwyn, la cual solía solicitar ayuda a los hombres para escapar de sus tormentos, siendo a veces una víctima y otras veces un espíritu devorador.

Otros animales, como un perro enteramente blanco o un perro negro, o perros de caza, eran de mal augurio, porque se creía que los espíritus tomaban dichas formas. Los perros de caza, concretamente, pertenecen al folclore de "la Gran Cacería", donde los valientes salían esta noche al bosque a "cazar" y ahuyentar a los seres feéricos que habitaban en el bosque, acompañados de sus fieles perros. La leyenda cuenta que siempre volvían menos de los que se marchaban, porque eran secuestrados por los duendes y las hadas y arrastrados a su mundo. A causa de ello se consideraba que ver a un cazador a caballo o un perro de caza solitario era un encuentro maldito.

Los lebreles podían ser también raptados, o se quedaban rondando por el bosque como espíritus buscando a sus amos. Por ello escuchar ladridos de perros esta noche se considera mal augurio, porque indicaría la presencia de espíritus y los perros alertando de su presencia.

Otros sonidos de mal agüero en la noche de Halloween son los gritos irreconocibles y agudos de las banshee, así como de otros posibles espíritus. También los graznidos de cuervos y el ulular de búhos.

Los gatos por su parte siempre han sido compañeros de brujas y se consideran benéficos, incluso espíritus familiares, aunque todavía perdure la idea para algunos de que es una de las apariencias del diablo.

Para honrar estos espíritus animales y también realizar rituales en lo que se invoquen las características de ciertos animales o bestias, en Samhain pueden usarse cráneos y huesos como ingrediente para echar al caldero o para manifestar. Actualmente la taxidermia no es del agrado de todos y mayormente se utilizan artificiales y pintados, con fines decorativos o simbólicos. Los más comunes son de ciervo, caballo, cabra, lobo, cuervo, gato… También se utilizan en rituales chamánicos y de totemismo.

Al principio el ir de puerta en puerta era una cuestión solemne que los niños y jóvenes realizaban para ofrecer rezos por los difuntos y cánticos de protecciones mágicas a cambio de unos dulces o monedas. A estos niños a veces los acompañaban adultos disfrazados de seres espectrales, con pieles y cráneos de animales. Uno de ellos es el famoso "caballo de Gales", cuya apariencia era dla de una túncia de pieles y una máscara hecha con un cráneo de caballo pintado de negro y lazos rojos adornando.

Después pasó al trato o travesura, puesto que también existía la costumbre de gastar bromas pesadas a los cascarrabias del pueblo, o simplemente gastar bromas a amigos y familiares y decir que "habían sido las hadas".

En países europeos siempre se ha dicho que cuando las hadas bailan, lo hacen en círculos, provocando que al día siguiente se encuentren zonas de hierba quemada, piedras o setas formando circunferencias. Esta tradición propone su continuación yendo al campo o al bosque, o en su defecto un jardín o salón, y hacer bailes grupales en círculos, colocar velas también de forma circular, piedras de turmalina, obsidiana, cuarzos, amatistas, etc. Se trata, en realidad, de un círculo mágico en el que encerrar las energías que se transmiten de la danza y el aquelarre.

En cuanto a la figura de la bruja, realmente ellas, como vimos en otros artículos, estaban más relacionadas con las fiestas de primavera y verano, y fue posteriormente que los espíritus y las damas misteriosas se asociaron con demonios y brujas. En la actualidad las brujitas de cerámica o trapo que se encuentran por estas fechas son más de decoración que otra cosa. No obstante, algunas han sido reinterpretadas con motivo del auge de la brujería y el neopaganismo, viendo a la bruja como la faceta Anciana de la Triple Diosa, que llorará la muerte de su hijo-esposo hasta su renacer en Diciembre. Además, el caldero de la bruja tiene un simbolismo de la Antigua Religión, en cuanto a vientre de la deidad en la que todos acabamos al morir y del que todos salimos al renacer.

Pietro V. Carracedo Ahumada - pietrocarracedo@gmail.com

Bibliografía:

- Cunningham, S. Wicca. Una guía para la práctica individual. Arkano Books, 2003

- Hopman, E.E. The Sacred Herbs of Samhain. Plants to Contact the Spirits of the Dead. Inner Bear Tradition ed. 2019.

- Rajchel, D. Samhain. Una completa guía para la celebración de Halloween. Arcopress, 2022.


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