Tarot de Marsella: simbología medieval de los colores principales
La referencia más antigua que se tiene del Tarot de Marsella -que no de la cartomancia u otras barajas - data del S. XV, se considera que surgió en el norte de Italia y que desde allí se fue moviendo por Europa hasta llegar al sur de Francia, donde se popularizó este diseño particular. Reunidos bajo el nombre de Visconti-Sforza, los distintos juegos de Tarot muestran un patrón representativo similar, si bien el uso adivinatorio se manifiesta muy posteriormente, a pesar de eventos como el Sínodo de Worcester (1240) en el que se prohíbe a los clérigos "el deshonesto juego del Rey y la Reina", donde muchos han querido ver referencia a los Arcanos, pero que podía hacer referencia también al ajedrez u otros juegos de azar, centrándose en evitar las apuestas y no en su utilización mántica.
A pesar de la fecha de 1760, que es cuando Nicolás Conver, impresor de barajas, realiza el diseño (o rediseño) del Tarot de Marsella en la ciudad del mismo nombre, las ilustraciones de las cartas se corresponden a un modelo medieval, gótico, por lo que los teóricos se dividen entre si su origen iconográfico era bastante anterior, siendo una recreación intencionada, o si se trata de una licencia artística, basada a su vez en modelos repetidos y arquetípicos del imaginario medieval.
Los usos del Tarot son incluso hoy día cuestionados por los propios tarotistas, pues mientras que algunas escuelas consideran los significados inalterables para el buen uso del mismo, conservando en la medida de lo posible las formas y pensamientos tradicionales, otras piensan que el Tarot debe ser visto no como un mensajero, sino como un guía espiritual: de esta manera, tanto los Arcanos Mayores como los Menores no indican situaciones o personas con claridad, sino que incitan a la reflexión a través de evocar con sus simbolismos universales nuestras propias preocupaciones, ejemplificación que ya expuso Carl G. Jung. En la mayor parte de las investigaciones y practicantes, sin embargo, encontraremos una fusión de ambas.
Los colores básicos de la baraja son el rojo, el negro, el amarillo, el blanco, el "carne", el verde y el azul en el popularizado modelo de Nicolás Conver. En otros, se incluyen el marrón, el naranja, y el violeta exclusivamente para los Arcanos Menores, así como el dorado o el rosa en versiones más cuidadas. Aunque no se debe suponer ninguna intención iniciática o mágica en las primeras impresiones, pues eran los colores que permitía la impresión en moldes de madera, se considera que para conservar la interpretación más exacta de acuerdo al mundo antiguo, el simbolismo de los colores estará relacionado con aquél que tuviesen en la Edad Media. La interpretación en los Arcanos difiere según aquello que esté iluminado con un color en particular- se exponen aquí una serie de ejemplos basados en el Tarot de Marsella de Nicolás Conver, pero dicho sea que en realidad, la aplicación práctica de los principios que se exponen a continuación son válidos para cualquier tarot semejante, pues la interpretación también se basa en los métodos, tiradas y circunstancias adicionales, aunque el significado primero de los Arcanos no debe verse modificado totalmente por la interpretación simbólica del coloreado. Mas teniendo en cuenta que la imagen es lo que se visualiza, la psicología del color tuvo seguramente un papel importante.
Rojo: el rojo en la Edad Media se considera un color cálido, que evoca el fuego y la pasión, el amor, la sangre y la vida. También era identificado con la religión, ya que las vestiduras de altos cargos eclesiásticos tornaban a ese color, dispuestos a derramar su sangre por o igual que Cristo. Irónicamente, también está asociado a los infiernos y al diablo. Era un color asociado al poder, una idea que provenía ya de la Antigüedad, donde el púrpura, a veces escarlata, era indicativo para emperadores, nobles y militares.
Se entiende que si el atuendo o cierta parte del él del personaje de la baraja es de este color conlleva una actitud emotiva o pasional - así en el caso de las capas y los zapatos, que implican un viaje y algo superficial, o algo más relacionado con lo religioso espiritual - los ropajes de la sacerdotisa o la justicia. En el caso de los objetos, indicará advertencias en el terreno emocional, en relación tanto al significado de la propia carta como al uso más doméstico que se pueda deducir del objeto en cuestión. Por lo general, aunque descontrolado, se considera positivo.
Azul: es el color por excelencia en contraposición al rojo. Evoca tranquilidad y pureza, pero en el Medievo no era un color frío. Se consideraba un color templado, propicio y humilde, pero también noble y religioso, dejando este color para los Celestes y el manto de la propia Virgen María. Conllevaba tranquilidad y delicadeza.
Es el color que equilibra al rojo en todos los sentidos. Esto puede verse claramente en las vestimentas de los Arcanos de la Templanza o el Mago, donde se busca equilibrio espiritual, e igualmente en el Carro. Independientemente, es un color que señala un detenimiento físico o reflexivo ante las situaciones. No es un color positivo en el sentido completo del término, pues indica detenciones y planes superiores a menudo fuera del alcance del consultante.
Amarillo: Asociado al dorado, a veces se considera falso, por su carencia de valor, y por tanto puede identificarse como positivo, en el caso en que evoque oro, y negativo cuando no lo sea, relacionándose con la mentira, la traición - a Judas se le vestía de este color - la enfermedad y la desviación en todos los aspectos. Se trata de un color decadente que incluso hoy día no ha logrado hacerse un hueco en la vestimenta ni los utensilios habituales. Es sin embargo, un color llamativo, por lo que centra nuestra atención, y en base a esto habrán de ser las interpretaciones.
En coronas, escudos, tronos, copas, monedas... su significado será positivo. Así también en el sol, dador de vida y claridad. Las cabelleras rubias están identificadas con lo celestial, pero en las vestimentas indica cierto peligro- o advertencia importante- que se tiene cerca pero no se ha percibido, igualmente con los objetos donde este color no implique dorados, como las flores. En el caso de los suelos, debe relacionarse con el marrón.
Negro: Un color que al principio era paralelo, y no contrario, al blanco. Posteriormente se fue identificando con la noche y la muerte, ganándose una mala connotación que en verdad, es muy relativa, ya que el negro es también un color propicio y defensivo de los malos espíritus. Se convirtió por tanto en un color identificativo de lo religiosos y lo austero, contrapuesto al rojo. Pero siguiendo esta contraposición, cuando el rojo tuviese connotación positiva, el negro la tomaría negativa.
En el tarot se utilizó a veces como sustituto del azul, en especial para la ropa, por lo mencionado anteriormente. Sin embargo, su utilización suele limitarse al delineado y al sombreado, junto con algunos detalles particulares, como decoraciones florales o relleno de recovecos. Por ello, se considera que el negro en el los Oros no debe recibir más importancia que como recordatorio de las dos caras de la moneda, o incluso de las propias fortunas. En el caso de las decoraciones entorno a las Espadas, entendidas como cuestiones profundas o situaciones de peligro, el negro cumple su función de advertencia. Pero cuando aparece en determinados elementos de los Arcanos Mayores, su relevancia es mayor.
En el escudo del Emperador, indica tanto los enemigos como el peligro de volverse un tirano en la situación de autoridad adquirida. La oscuridad en las entradas de la torre izquierda que aparece en el Arcano de la Luna a la que le aúllan dos perros guardianes simboliza la contradicción, el opuesto necesario. En el Arcano del Diablo los cuernos tanto de la figura andrógina central como los de quienes aparecen amarrados a ambos lados indican maquinaciones y tentaciones, pero recordando al consultante que todo mal pensamiento proviene de la mente, en la cual el mal es intrínseco e inevitable. El pájaro negro que aparece en La Estrella se sitúa a la izquierda y tiene las alas abiertas, por lo que señala la marcha de lo negativo. Por último, el Arcano sin Nombre o la Muerte siempre tiene pintada de negro la tierra. Pero debe recordarse que este Arcano no simboliza en el imaginario cartomántico necesariamente una situación física. La Muerte va cortando todo lo que encuentra a su paso, sin embargo, esto crea nuevas oportunidades, como las hierbas que salen de esa misma tierra. El negro aquí reúne su connotación más negativa y también la más positiva. En esto se basan los que afirman que podía en su lugar haberse escogido otro color, como el marrón.
Pietro Viktor Carracedo Ahumada - pietrocarracedo@gmail.com
Bibliografía:
-Gage, J., Color and culture:
practice and meaning from Antiquity to Abstraction. Univ. of California, 1999
-Jung. C.G., El hombre y sus símbolos, Ed. Planeta, 1995
-Nicholls, S. Jung y el Tarot: un viaje arquetípico. Kairós,
1989
-Pastoreau, M., Breve historia de los colores. Paidós
Ibérica, Barcelona, 2006
-Portal, F., El
simbolismo de los colores: en la antigüedad, en la edad media y en los tiempos
modernos. J. de Olañeta (ed.) 1996
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